viernes, 6 de enero de 2012

LOS ABUELOS COMO CUIDADORES



            Una de las presencias mágicas con que la vida recibe a los más afortunados son, indudablemente, los abuelos. La relación que existe entre abuelos y nietos es única. Es una relación que parece provocar que el ser humano se reconcilie con el concepto finito de la vida porque logra visualizar su propia trascendencia. El amor de un abuelo es tan grande como el que siente por sus hijos, pero sin la carga de responsabilidad que tenía a cuestas al formar a los hijos propios. Se viven ahora como cómplices de los nietos para disfrutar la vida.

Sin embargo, cada vez con más frecuencia, son los abuelos partícipes directos de la educación de los niños, porque papá y mamá trabajan. Son la mejor opción para los padres por la confianza infinita en los abuelos, pero en ocasiones, la relación entre padres y abuelos se ve lastimada por la diferencia de criterios a la hora de educar.

A fin de lograr que la relación abuelos-padres-nietos sean nutricias para todos, es muy importante observar lo siguiente:

-       Es responsabilidad de los padres el establecimiento de las reglas. Los abuelos deben comprender que sus hijos han formado ya una nueva familia y que ésta funciona de manera distinta a como funcionaba la de ellos, puesto que se dan en circunstancias diferentes. Si los padres dicen una cosa y los abuelos los desacreditan, los niños se confunden y perderán el respeto por los padres y por los abuelos al no existir una figura confiable de autoridad. Los abuelos pueden apoyarse con frases como “Papá ha dicho que esa es la regla y creo que tiene razón”

-       Los padres no deben esperar que los abuelos eduquen al nieto. El tiempo que el niño está al cuidado de los abuelos no les hace responsable de su formación. Los abuelos ayudan a que el niño siga con una rutina establecida previamente y lo mantiene seguro, pero son  los padres quienes tienen la tarea de inculcar hábitos, valores y reglas.

-       La comunicación entre padres y abuelos es básica. Tomarse un tiempo para platicar acerca de lo que cada uno observa en el niño hará que todos comprendan el punto de vista del otro. Así, las decisiones tomadas por los padres serán comprendidas por los abuelos, y lo padres podrán entender las limitaciones y puntos de vista de los abuelos.

-       Cuando los papás deban corregir a sus hijos estando presentes los abuelos, es importante que estos últimos se mantengan al margen de la situación. Si hubiera algo que deseen comentar, es prioritario que lo hagan pero no en presencia de los niños.

-       En caso de existir discrepancias, es muy valioso escuchar las opiniones de los abuelos, quienes seguramente tendrán una óptica más relajada de la situación y podrán ayudar a mantener la armonía y reducir el estrés. Aunque no debemos olvidar que respecto a la educación, la última palabra la siguen teniendo los padres.

-       Nunca debemos dejar de ver que los abuelos son personas con un ritmo de vida diferente, con necesidades de socialización, diversión y descanso que deben respetarse. No se puede disponer al cien por ciento de su tiempo y además exigirles que sigan un ritmo de vida y de responsabilidades que no les corresponden.

Al final, la labor de los abuelos como cuidadores de los nietos, es una expresión más del amor incondicional de padres a hijos y a nietos. Quienes tenemos la fortuna de contar con esta ayuda en la tarea más importante de nuestra vida somos realmente privilegiados. No olvidemos que lo mínimo que nos corresponde otorgar a los abuelos, es una gratitud a la altura de su amor, y asumir que los “errores” que a nuestro juicio puedan cometer al estar al cuidado de sus nietos, son solo situaciones que merecen ajustes y nada vale tanto como el polvo de estrellas que un abuelo riega sobre la vida de sus nietos. Siempre he afirmado que ver a un abuelo reír a carcajadas con su nieto es mirar la fé, uno cree en el mundo que entrega, el otro, confía en el mundo que recibe.